miércoles, 24 de febrero de 2016

MAGIA PARA TU BIENESTAR EMOCIONAL

Ayuda o consuela a otra persona: nada reconforta más tu alma que el poder ayudar o servir a otra persona, es una sensación de plenitud y propósito. Busca apoyo en personas optimistas y positivas: para que puedas contagiarte de buena vibra, así como una tabla o salvavidas que te ayude no solo a no hundirte sino a nadar y, ¿por qué no?, a surfear la ola. Sal del pensamiento recurrente, de darle vueltas a las ideas negativas en tu mente, en su lugar distráete con música, meditando, ocupándote de algo que requiera de tu atención, realizando alguna actividad física. Ten paciencia: ser paciente es encontrar el equilibrio entre la aceptación, la esperanza, la constancia en el logro de lo que deseas y la libertad de dejar a un lado las expectativas para que suceda como deba suceder y no necesariamente como está planteado en tu mente. Intentar apresurar las cosas es una de las experiencias más desgastantes y frustrantes. Todo tiene su tiempo. Cree en ti y en que no eres un accidente: Dios (o en lo que creas) quiere tu bienestar, no dudes de eso y cambiará tu vida. “Para que el que cree no es necesaria ninguna explicación: para el que no cree toda explicación sobra.” Franz Werfel Desarrolla pensamientos positivos, certeza que ocurra lo que ocurra, todo en la vida pasa y todo lo que ocurre es por tu bien. Que sea tu poder interno quien escriba el guión de tu vida y recuerda eliminar del staff de producción a tus miedos porque lo único que harán es restar. El optimismo siempre te llevará a descubrir soluciones, beneficios y oportunidades. No compares y si no puedes evitarlo hazlo a favor, enfocándote en las bendiciones que tienes. Concéntrate y bendice lo que te ha sido otorgado y no en las carencias. Cuando todo falle recuerda que siempre puedes recomenzar, volver a intentar, hacerlo mejor. Ama, no te canses de amar, el amor te llena de vida y de entusiasmo.

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